(3,000 a 1,200 A.C.)
Dentro de este horizonte aparecen las comunidades aldeanas, que combinan para sobrevivir “AGRICULTURA, PESCA, CAZA y RECOLECCION” así como el crecimiento de la alfarería y la creencia de que los fenómenos naturales poseían un alma o espíritu, desarrollándose con ello la magia y la aparición de los hechiceros, que son quienes controlan las fuerzas naturales y los males que aquejan al hombre, apareciendo de este modo la religión TOTEMICA.
(1,200 A.C. a 900 D.C.)
Al formarse un sistema de cohesión cultural con una interacción económica y religiosa, aparecen las grandes culturas mesoaméricanas, que desde la OLMECA, TEOTIHUACANA, MAYA, TOTONACA y MIXTECO-ZAPOTECA proyectan este horizonte, que lleno de misterio y religiosidad, marca el mayor esplendor conocido en Mesoamérica y desaparece sin saberse aun a ciencia cierta la verdadera causa de su desaparición, quedando algunos influjos de todas estas culturas en XOCHICALCO “la casa de las flores”, centro ceremonial que continuará la influencia de las grandes culturas, que al desaparecer, son sustituidas por grupos chichimecas que desde Aridoamérica se introducen a territorio Mesoamericano y guiados por caudillos militares crean el horizonte Postclásico y la costrucción de ciudades militarizadas.
(900 D.C. a 1521 D.C.)
Es la última etapa del desarrollo independiente de la civilización mesoamericana. Como los otros períodos de la cronología mesoamericana, el inicio de este período varía en el tiempo, aunque se suele señalar la caída de las ciudades-Estado del Epiclásico del centro de Mesoamérica como el principio del Posclásico. Sin embargo, en todas las áreas de Mesoamérica ocurrió un proceso de deterioro de las hegemonías regionales del Clásico que concluyó con el abandono de las grandes metrópolis, como Monte Albán en Oaxaca o las ciudades mayas de las Tierras Altas. Por otra parte, el Norte de Mesoamérica fue escenario de un desastre ecológico que implicó el abandono completo de esa región. Ante estos hechos, las migraciones fueron un fenómeno que marcó el inicio del Posclásico. Estos cambios sociales que marcaron a las sociedades mesoamericanas ocurrieron entre los siglos VIII y X d.C. El final del Posclásico ocurrió con la llegada de los españoles hacia la segunda década del siglo XVI. A partir de entonces ocurrió un proceso de transculturación que remodeló las culturas indígenas y sentó las bases de las culturas mestizas de México y Centroamérica.
Antiguamente, se solía presentar al Posclásico como una época dominada por Estados bélicos; en oposición con los pacíficos Estados del Clásico. Las nuevas interpretaciones de las evidencias arqueológicas sobre varios pueblos del Clásico —es el caso de los teotihuacanos y mayas— han dejado claro que la guerra también fue una actividad importante entre esas sociedades. Es especial la imagen de los mayas, a los que se solía imaginar como un pueblo gobernado por sacerdotes entregados a actividades intelectuales.
Es la última etapa del desarrollo independiente de la civilización mesoamericana. Como los otros períodos de la cronología mesoamericana, el inicio de este período varía en el tiempo, aunque se suele señalar la caída de las ciudades-Estado del Epiclásico del centro de Mesoamérica como el principio del Posclásico. Sin embargo, en todas las áreas de Mesoamérica ocurrió un proceso de deterioro de las hegemonías regionales del Clásico que concluyó con el abandono de las grandes metrópolis, como Monte Albán en Oaxaca o las ciudades mayas de las Tierras Altas. Por otra parte, el Norte de Mesoamérica fue escenario de un desastre ecológico que implicó el abandono completo de esa región. Ante estos hechos, las migraciones fueron un fenómeno que marcó el inicio del Posclásico. Estos cambios sociales que marcaron a las sociedades mesoamericanas ocurrieron entre los siglos VIII y X d.C. El final del Posclásico ocurrió con la llegada de los españoles hacia la segunda década del siglo XVI. A partir de entonces ocurrió un proceso de transculturación que remodeló las culturas indígenas y sentó las bases de las culturas mestizas de México y Centroamérica.
Antiguamente, se solía presentar al Posclásico como una época dominada por Estados bélicos; en oposición con los pacíficos Estados del Clásico. Las nuevas interpretaciones de las evidencias arqueológicas sobre varios pueblos del Clásico —es el caso de los teotihuacanos y mayas— han dejado claro que la guerra también fue una actividad importante entre esas sociedades. Es especial la imagen de los mayas, a los que se solía imaginar como un pueblo gobernado por sacerdotes entregados a actividades intelectuales.
1 comentarios:
Estos 3 horizontes muestran como la expresión tiende a ser natural en el ser humano, como se vuelve una necesidad para rituales o simplemente como diversión o distracción.
Estas personas hacian arte a la altura que podían.
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